Mujeres Samurái: las intrépidas guerreras que Japón ocultó de su historia

Mujeres Samurái: las intrépidas guerreras que Japón ocultó de su historia

La cultura asiática es objeto de profunda admiración y respeto por parte de personas de todo el mundo. Las historias sobre guerreros ninjas y samuráis pertenecientes a la cultura guerrera japonesa causan fascinación. Ahora bien, pocos saben que, dentro de esta élite de soldados especialmente entrenados, también figuraron varias mujeres.

Las mujeres samurái o Onna-bugeisha

Las mujeres samurái, también conocidas como onna-bugeisha o ‘mujer guerrera’, formaron parte de la historia de Japón a partir del siglo XII. Aunque muchos historiadores decidieron pasar por alto, omitir o menospreciar las misiones heroicas protagonizadas por ellas.

Según el prestigioso investigador inglés Stephen Turnbull la traducción literal del término onna-bugeisha es: «Las guerreras cuyas hazañas son la historia más importante jamás contada del legado de los samuráis».

Desde comienzos en el 200 d. C., ya encontramos referencias claras de mujeres guerreras con gran protagonismo en los frecuentes conflictos políticos del lugar. Tal es el caso de la emperatriz Jingû, quien lideró una invasión en Corea a principios del siglo III.

Onna Bugeisha
Emperatriz Jingu. Pintura de Tsukioka Yoshitoshi, 1880. Public Domain

Muchos historiadores trataron de poner en duda las conquistas y la capacidad militar de la mencionada emperatriz Jingu en la invasión de la actual Corea. Una época en la que se mencionan por primera vez a las onna-bugeisha y en la que comienza también a construirse su leyenda. Jingu era una temible guerrera samurái que desafió las normas sociales de su época.

Por otro lado, la mayoría de las onna-bugeisha son mencionadas en el periodo comprendido entre 1180 y 1185 durante las Guerras Genpei. Igualmente, las mujeres samurái aparecen de nuevo en el periodo Sengoku (1467-1568). Ambas etapas estuvieron marcadas por crudas guerras civiles entre clanes rivales que demandaban el dominio territorial.

Armas y entrenamiento de las mujeres samurái

onna-bugeisha, las mujeres guerreras de japón
Onna-bugeisha, las mujeres guerreras de Japón.

Las onna-bugeisha recibían un entrenamiento muy similar al de sus contrapartes masculinos, convirtiéndose en guerreras letales dentro y fuera del campo de batalla. Ahora bien, a fin de compensar su fuerza física y aprovechar las ventajas propias del género femenino, se les enseñaba a usar hábilmente armas muy particulares.

La principal arma de las mujeres samurái fue la naginata, una especie de lanza japonesa con hoja curva. Resultaba perfecta en tácticas defensivas de batalla, posición que solían ocupar las guerreras para impedir una invasión durante la lucha. Además, gracias a su empuñadura larga, conseguían hacer daño al enemigo sin abandonar su lugar.

Igualmente, las mujeres samurái se convertían en expertas con el arco y la flecha. También aprendían el uso de armas arrojadizas como los kunai, una especie de daga, y los shuriken o estrellas de cuatro puntas. En este sentido, no podemos dejar de lado que en esa época también se entrenaba a mujeres para que fueran ninjas.

Tomoe Gozen

Tomoe Gozen fue una mujer samurái u onna-bugeisha cuyas hazañas aparecen narradas en el poema épico titulado Heike Monogatari. Dicho poema fue escrito en el siglo XIII, pero relata hechos ocurridos un siglo atrás. A Tomoe Gozen se la describe como una aguerrida samurái durante la guerra entre los clanes Genji y Heike.

A decir verdad, no hay manera de comprobar si Tomoe Gozen existió o no, pero su historia en forma de poema es una prueba de que las mujeres samurái existieron. De ella se dice que manejaba increíblemente el arco y la naginata, y que tuvo un papel protagónico en la toma de Kioto.

Representación de Tomoe Gozen. Crédito: Wikimedia Commons.

Nakano Takeko

Una de las ultimas guerreras samurái de las que se tiene registro es Nakano Takeko, cuya biografía se enmarca en pleno siglo XIX, durante los años 1847 y 1868. En ese entonces se libró la Guerra Bolshin, una contienda civil donde se enfrentaron el shogunato Tokugawa con un grupo de clanes opositores que apoyaban al emperador.

Nakano Takeko lideró a un grupo de onna-bugeisha denominado Joshitai en la batalla de Aizu. Durante el enfrentamiento, la guerrera fue herida de muerte y, para evitar caer prisionera, se hizo el seppuku, ritual donde su fiel ayudante la decapitó. Al final del conflicto, Nakano fue enterrada en el templo de Hokaiji, en Fukushima, y hasta el día de hoy se celebra un festival en su memoria.

Nakazawa Koto

Nakazawa Koto fue una excelente espadachín japonesa con el título de Onna-bugeisha. Nació en en la provincia de Kōzuke (hoy prefectura de Gunma), en 1839. Tenía un talento increíble para las artes marciales desde pequeña. Recibió instrucción en artes marciales desde su niñez gracias a su padre, llegando a desarrollar mucha habilidad con la naginata y otras armas samuráis.

Koto defendió hábilmente su shogunato, luchando valientemente contra los ataques de sus otros clanes. En una de estas batallas, una docena de enemigos fueron rodeados por samuráis. Se defendió con su katana y rompió hábilmente el asedio samurái que la rodeaba.

Además de ser una magnífica espadachín, también poseía una belleza extraordinaria que conmovía profundamente a la gente.

En una historia escrita sobre ella se dice: «Cuando Koto se viste de hombre, muchas mujeres se enamoran de ella. Cuando Koto se viste de mujer, muchos hombres se enamoran de ella».

Nakazawa Koto es recordada como una excelente espadachín japonesa. Imagen ilustrativa.

Nakazawa Koto estaba orgullosa de sí misma como espadachín samurái. Por eso decidió que solo se casaría con un hombre que lograra vencerla en un duelo. Sin embargo, ninguno lo consiguió, y fiel a su palabra, permaneció célibe toda su vida.

La espadachín samurái Koto Nakazawa vivió una larga vida y murió en 1927 a la edad de 88 años.

Recientemente, un análisis del ADN procedente de 105 cuerpos recuperados de la Batalla de Senbon Matsubaru, en 1580, dieron como resultado que 35 eran mujeres. Este y otros descubrimientos arqueológicos demuestran que la participación de mujeres samuráis en las guerras de Japón no fue una excepción. Eso expone, que las onna-bugeisha han sido excluidas de los libros de historia durante siglos y prácticamente hasta la actualidad.

Aunque las onna-bugeisha no son tan conocidas como los hombres samuráis, lo cierto es que tuvieron un papel protagónico en la historia de Japón. Su espíritu aguerrido de lucha todavía inspira la voluntad femenina de hoy.

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