La leyenda del rey sumerio que ascendió al cielo

Tablilla sumeria narra la historia de un rey que ascendió al cielo en una nave

Uno de los mitos más interesantes de la antigua Sumeria es, sin duda, el mito de Etana, rey antediluviano que subió al cielo para hacer una petición de gran importancia. ¿De qué se trataba? ¿Qué sucedió en este viaje trascendental? Veamos su particular historia.

Etana y la lista de Reyes sumerios

Etana, fue nombrado por los dioses como el primer rey de Kish en la Lista de Reyes Sumerios y puesto a cargo de establecer orden y autoridad entre los humanos. Fue conocido como «el que estabilizó las tierras» bajo la autoridad de los dioses que habían instaurado conceptos de realeza y gobierno en la humanidad.

Gracias a sus vivencias, Etana aprendió a respetar y confiar en los dioses que estaban por encima de su posición. Ahora bien, ¿qué hecho tan particular permitió que Etana extrajera lecciones tan importantes? A continuación, repasemos brevemente cuál era el deseo de este rey y qué hizo para cumplirlo.

La leyenda de Etana

Tablilla que narra la historia de Etana, la cual cuenta como el rey fue llevada al cielo a lomos de un 'águila'
Tablilla que narra la historia de Etana, la cual cuenta como el rey fue llevado al cielo.

La leyenda empieza con la fundación y fabricación de una inmensa ciudad llamada Kish para la que los dioses buscaban un gobernante digno. Finalmente, Ishtar/Innana (que para la mitología sumeria era la diosa del amor, la fertilidad y la guerra) eligió a Etana para ser el rey y gobernante.

Según cuenta el mito, cerca del santuario un águila y una serpiente vivían en las raíces de un árbol. Al pasar el tiempo, ambas tienen sus crías pero en un acto cruel de parte del águila, termina devorando los hijos de la serpiente y sale huyendo. Como castigo, Shamash, el dios sol, le dice a la serpiente que cobre venganza sobre el águila.

Cuando el águila se encuentra desprotegida y desamparada, ruega por ayuda a Shamash, quien envía a Etana a prestarle auxilio. Etana, cuida a la criatura y se vuelven amigos cercanos. Incluso, el águila es capaz de interpretar los sueños del rey.

El viaje de Etana

El mito o leyenda de Etana nos cuenta la historia de un rey sumerio que subió ‘al cielo’ para pedir a los dioses la Planta de Nacimiento y así lograr tener un hijo. Así que el águila le dice a Etana que prueben hacer realidad este viaje a las alturas.

Tablilla del mito de Etana
Impresión del sello de cilíndrico sumerio de la Ascensión de Etana. Public Domain

Etana accede a la sugerencia del águila y comienzan su viaje al cielo, pero a medida que ascienden, el rey se asusta y pide al águila que lo devuelva a la Tierra. Mientras cae se le escucha gritar: «¡Miré hacia la Tierra pero no la vi! ¡Mis ojos no alcanzaron para contemplar el inmenso mar! ¡No voy a subir al cielo, regresaré a mi ciudad!».

Sin embargo, Etana y su esposa sueñan nuevamente con subir al cielo, así que el águila le confirma que los dioses le están regalando una segunda oportunidad. De modo que, Etana y el águila realizan un segundo intento para llegar al cielo y pedir a los dioses la Planta de nacimiento. Algunas teorías relacionan esta ‘Planta del Nacimiento’ con el Árbol de la vida, mientras que otras indican que podría tratarse del Planeta Nibiru.

Según narra un fragmento del texto, esto sucedió cuando Etana realizó su viaje:

El rey de Kish respiró hondo para centrarse y atravesó la Puerta,
y las nubes familiares lo involucraron para llevarlo a los Reinos Internos.
Se permitió un par de minutos para adaptarse y luego siguió adelante.
Pronto las nubes se disiparon y se vio a sí mismo en una gran habitación bien iluminada.
Cuyas ventanas acristaladas ( ¡hace 5.000 años! ) dejan entrar la magia de la hora del atardecer, los colores del arco iris de los cielos cambiantes.
La habitación era larga, un ajuste salón para reyes, y sobre una tarima vio a Su (Inanna).
Su corazón sabía quién era ella, así que procedió.

Lamentablemente, el resto de la historia se perdió y no se puede saber a ciencia cierta lo que ocurrió finalmente. Ahora bien, lo que sí sabemos es que Etana logró tener un hijo, Balih, quien lo sucedió como rey.

Así que se puede concluir que el sueño de Etana de gozar de un descendiente que lo sucediera en el trono finalmente se cumplió.

¿Una nave voladora en la antigua historia sumeria?

Esta narración es bastante curiosa e interesante, si analizamos la historia desde un punto de vista alternativo del mito, podríamos interpretar que el viaje descrito por Etana se trataba de una nave, incluso con algunas similitudes a la historia narrada por Enoc quien también, según su libro, viajó por distintas dimensiones celestiales.

Descrita por el historiador italiano Alberto Fenoglio, la traducción de un segmento de una de las tabillas dice: «El rey Etana fue llevado como invitado de honor dentro de una nave voladora con forma un escudo que aterrizó detrás del Palacio Real, rodeado por un remolino de llamas. De esta nave voladora salieron hombres altos, rubios, de piel oscura, vestidos de blanco, que se decía que eran hermosos como dioses. Invitaron al rey Etana a que los acompañara, los consejeros del rey Etana intentaron disuadir al rey de que entrara en el objeto volador».

Etana nave
El mito de Etana, narra como el antiguo rey ascendió al cielo en un ‘águila’.

En esta nave,  Etana se elevó sobre la Tierra, entrando en los reinos celestiales de los dioses Anu, Enlil y Ea. Pasando por las puertas de los dioses: el dios de la luna Sin, Shamash el dios del sol y Adad el dios de las tormentas.

El Rey Etana estuvo ausente de dos semanas, cuando la gente de su reino se preparaba para nombrar un nuevo rey, creyendo que los «dioses» se habían apoderado de él, Etana sobrevoló la ciudad y aterrizó, acompañado por uno de los «hombres rubios» que se quedó como invitado del rey.

La lista de Reyes Sumerios, una antigua tableta de piedra que establece claramente cómo los antiguos dioses sumerios descendieron del cielo, también llama a Etana «el pastor, que ascendió al cielo y consolidó todos los países extranjeros», y afirma que gobernó 1.560 años antes de ser sucedido por su hijo Balih, que se dice que gobernó 400 años.

Hasta el momento se han encontrado versiones en tres idiomas de este mito. La versión babilónica antigua, la versión asiria media que proviene de Assur y la versión estándar de Nínive, que se puede encontrar en la biblioteca de Ashurbanipal. Sin lugar a dudas, un hecho muy interesante ocurrido en el pasado distante.

 

Referencias:

Diccionario de símbolos. Juan Eduardo Cirlot.
Leyendas de la antigua Mesopotamia. Federico Lara Peinado.
Revista Esfinge. Fátima Gordillo.
Ancient.eu
Oxford Editions of Cuneiform Text.

 

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