El Mictlán, el inframundo azteca y sus temibles dioses guardianes

Al final del Mictlán se encuentran Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl, dioses del inframundo que devoraban a los difuntos.

El Mictlán era el inframundo de los aztecas, un mundo subterráneo oculto e inaccesible para el ser humano físico. Ahí se dirigían las almas de los difuntos para poder liberarse totalmente. Era gobernado por Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl, dioses crueles muy temidos por los aztecas. En la zona arqueológica de Mitla, en Oaxaca, México, se encuentra la llamada «Cueva del Diablo», la cual sería una entrada o portal hacia el Mictlán.

Mictlán significa «lugar de los muertos», en idioma náhuatl. En la cosmogonía azteca nuestro mundo estaría dividido en tres partes: arriba con el Ilhuícac o Paraíso del Sol (los cielos), el Tlalticpac (la Tierra) en el centro, y el Mictlán, el inframundo con nueve niveles. Mictlantecuhtli residía en el último nivel, junto con su esposa diosa, Mictlancíhuatl.

Ilustración sobre los 4 rumbos del universo, según los aztecas. Crédito: Dominio público.

Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl en el inframundo

Los nueve infiernos del Mictlán

Al Mictlán iban las almas de quienes morían de muerte natural, sin distinción de rango o estrato social. Ellas descenderían por nueve niveles (como «círculos del infierno»): en estos niveles habría senderos con piedras filosas, vientos invernales huracanados, páramos sin gravedad, etc. En el séptimo nivel, el Teyollocualóyan, habría fieras que consumirían el corazón del difunto (!).

Los aztecas decían que esta trayectoria por los nueve infiernos duraba 4 años. En el último nivel del mundo subterráneo, Mictlantecuhtli libera a las almas de los sufrimientos del cuerpo, aunque eso dependía del juicio del dios azteca.

Mictlantecuhtli era de apariencia terrorífica, con una forma esquelética, dientes prominentes y ojos centelleantes como estrellas. También portaba huesos y ojos humanos como collares. Sus animales simbólicos son la araña, el búho y el murciélago.

Izquierda: Mictlantecuhtli y Quetzalcóatl. Derecha: estatua de Mictlantecuhtli. Crédito: Gwendal Uguen / Dominio público.

Se ha descrito que este dios del inframundo devoraba a los muertos, de una forma caníbal. Por eso los aztecas le temían y le dedicaban sacrificios humanos, para apaciguar su sed de sangre. A pesar de esta negatividad, Mictlantecuhtli tenía atributos positivos, era considerado un sanador y asociado al nacimiento.

La Cueva del Diablo en Mitla, Oaxaca

En la zona arqueológica de Mitla, en Oaxaca, México, se encuentra una llamada «Cueva del Diablo», un portal o entrada hacia el Mictlán, según el folclore. Su nombre surgió en la Conquista española, a partir de una experiencia paranormal que sufrieron unos sacerdotes al explorarla.

La cueva todavía es un lugar sagrado muy visitado, usado para ofrendas e incluso para rituales de magia negra. Se habla de entidades que aparecen en los alrededores, entes con forma de esqueleto y de remolinos de viento. Es como una «puerta al infierno».

Este Mictlán o inframundo de los aztecas parece que es muy simbólico del proceso de muerte del cuerpo humano, agregando un lado espiritual con la liberación del espíritu. Aunque los dioses Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl se notan terroríficos, se puede concluir que serían necesarios para esa liberación. La leyenda de esa Cueva del Diablo es otra más de las historias antiguas de mundos subterráneos.

 

Referencias: HablemosDeMitologías / Neomexicanismos / Ancient-Origins / Academia.edu.

 

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