Mitología felina y su importancia en varias culturas antiguas

Mitología felina y su relevancia en las culturas antiguas

Los gatos han sido fieles compañeros de la humanidad desde su nacimiento. Aparecen en pinturas, monumentos y esculturas históricas. Incluso han sido encontrados momificados, lo que revela la importancia que tenían para las culturas antiguas.

Aun en la actualidad, el gato es considerado uno de los animales más importantes, apareciendo en películas, series, libros e innumerables videos de YouTube.

Pero, ¿por qué los gatos han estado tan presentes en las diferentes manifestaciones culturales?

El gato dentro de la mitología

En el antiguo Egipto, el gato era considerado una criatura de la dualidad. Con una cabeza de león y los ojos de luna, ya formaba parte de una deidad; un animal que su aspecto estaba relacionado con los ciclos lunares de orden y caos, armonía y discordia.

Los egipcios creían que los gatos eran criaturas mágicas, capaces de traer buena suerte a las personas que los albergaban. Eran altamente apreciados en la familia, y se prohibía la venta, maltrato o asesinato de estos animales. El que matara un gato, recibiría la misma pena, es decir, la muerte.

Los gatos eran venerados en el antiguo Egipto. Arqueólogos han descubierto un sinnúmero de estatuas y momias de gatos momificados. Crédito: Wikimedia Commons / AFP.

Por otro lado, las leyendas iroquesas de los nativos americanos mencionan a la Anciana de la Luna y su compañero Lince. Mientras ella está tejiendo una correa para la cabeza, símbolo de la luna, Lince yace sentado junto a ella, paciente.

Cuando la Anciana se levanta para remover el caldero donde está cocinando el guiso de maíz, Lince se lanza contra la correa, desbaratándola.

De esa forma, es el gato quien «deshace» la luna, haciéndola pasar de luna llena a famélica durante cada mes.

En Sudamérica, los Inca tenían una reino subterráneo al cual llamaban «Casa de la Luna». En ella, habitaba un gran puma.

Los antiguos pueblos de los Andes veían a esta criatura como una «entidad solar» que mordía la luna, provocando que pasara de llena a menguante cada mes. De hecho, la palabra quechua «puma», proviene de la cultura Inca.

La palabra guaraní para el puma es Yagua Pytá. Algunas tribus amerindias creen, que este inmenso felino se sienta sobre los cielos. Se cree que esta es la constelación de Leo, la cual aparece en las noches de invierno.

Los nativos americanos también adoraban al puma, llamándolo «Hermano de Pie Suave». De hecho, aparece en numerosas obras de arte, artesanía, tejidos y canciones. Los cazadores veían a este sigiloso animal como un astuto rastreador.

En Europa, el gato también jugó un papel muy importante en las sociedades tribales que rendían culto a la Tierra.

Mucho antes de que apareciera la Inquisición en el siglo XIV, el culto a los gatos existía en Francia, Alemania y las Islas Británicas.

Mil años más tarde, después de la muerte de Cleopatra, las mujeres del Rhim hacían cultos secretos en los  bosques, donde pedían a los gatos fertilidad, amor y suerte.

No olvidemos el famoso gato japonés, el maneki-neko (gato que atrae) que apareció en pinturas del siglo XIX junto a comerciantes, gremio al que ha estado siempre unido por ser una especie de amuleto para atraer a los clientes y a la riqueza, así como para ahuyentar la mala suerte con el cascabel que lleva colgado al cuello.

Su significado tiene origen como símbolo de prosperidad económica aunque hay varias versiones, donde la más extendida es la que cuenta que un señor feudal, tras verse sorprendido por una fuerte tormenta, se encuentra con un gato que le hace un gesto con la pata, llamándolo al templo donde se encuentra. Agradecido por su ayuda, dona muchos campos de arroz al templo (Gotokuji, en Tokio), que se convierte en un lugar próspero.

Maneki-neko. Crédito: Emanuel Golabiewski/Pixabay

Los gatos durante la guerra

En Escandinava y Alemania, existía una diosa de los  gatos: Freyja. Ella tenía una  cuadrilla de gatos que tiraba de su carro, recorriendo los cielos.

La filosofía del amor de Freyja fue difundida en Francia e Italia, cuando el crepúsculo cayó sobre los dioses, la diosa asistió al funeral de Balder, el  dios gato de la juventud. Después del funeral, se lo llevó al Valhalla.

En Escocia, los gatos siempre fueron animales sagrados. Fergus, el primer rey de la nación, poseía sangre egipcia. La leyenda cuenta que su familia llevó gatos egipcios hasta las Highlands escocesas.

Imagen ilustrativa del Rey Roberto I de Escocia con un felino en su escudo.

Scota, la antepasada egipcia de Fergus, quien fue la encargada de llevar los gatos a Escocia, también fue quien le dio nombre al país.

De hecho, en el escudo y lema de varios clanes escoceses continúan teniendo gatos. Esto se debe a que el gato era considerado un «animal guerrero».

Los antiguos guerreros entraban en combate llevando máscaras de gatos y luciendo al animal en sus escudos.

Hasta el sonido de la gaita, de acuerdo a las leyendas, está basado en los maullidos de los gatos cuando pelean.

En Holanda existía una tribu de «hombres gato», que los romanos descubrieron cuando llegaron a la desembocadura del Rhim. De hecho, los antiguos mapas marcan esta ciudad como «Cat Vicense», y en la actualidad, es llamada Katwijk, la ciudad de los gatos.

Su poder para calmar tormentas

Gatos «navegantes», aun a principios de siglo XX. Crédito: Hedwig in Washington/Wikimedia Commons

En diferentes regiones del planeta, se creía que el gato tenía la capacidad de influir en el clima. En si siglo XIX, las compañías de seguros marítimos no aseguraban ningún cargamento, a menos que estos llevaran un gato en la embarcación.

Durante el siglo XVII, en Inglaterra, los marineros siempre llevaban un gato con pelaje de 3 colores en una jaula durante las tormentas y solo era liberado cuando esta cesaba.

Una de las leyendas más famosas, relacionada con este tema, es el Catamarán. Esta embarcación era reconocida por ser capaz de mantenerse a flote en el mar tempestuoso, ya que su forma de navegar estaba basada en la habilidad felina de siempre caer de pie.

Cómo podemos observar, ese pequeño felino que nos acompaña a muchos en casa, ha sido un animal de suma importancia durante la historia humana, y en todo el mundo fue considerado una figura divina.

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