El paraíso Vikingo, así se conocía al Valhalla, un lugar perteneciente a la mitología nórdica donde todos los caídos en batalla iban a vivir eternamente junto a Odín.
La mitología nórdica es una de las más complejas que existe, no por nada ha sido adaptada hasta la saciedad y, aún en la actualidad, continúan naciendo obras basadas en sus poemas.
Pero existe un lugar que pocas veces es tomado en cuenta, y es el Valhalla, un sitio icónico para los nórdicos al cual asistían los caídos en batalla. Un paraíso para los guerreros en donde pasarían el resto de la eternidad junto a Odín, recordando cómo se transformaron en héroes.
¿Qué es Valhalla?

Valhalla proviene del vocablo nórdico antiguo «Valhöll», que quiere decir «Salón de los caídos».
Este lugar es una representación del paraíso cristiano, en donde los caídos en batalla llegaban después de su muerte, considerados como héroes dignos de pasar el resto de la eternidad en ese lugar.
Estos guerreros pasarían a ser llamados «einherjer» y serían los acompañantes del dios Odín durante banquetes dignos de los dioses, servido por hermosas mujeres, valquirias y acompañado con el delicioso hidromiel.
Según cuenta la mitología, la persona que se encargaba de decidir quiénes eran los guerreros que entrarían al Valhalla era el mismo Odín.
Se dice que Odín escogía a la mitad de los guerreros caídos durante la lucha para acompañarlo, mientras que la otra mitad serían llevados por Freyja, la diosa, que los guiaría al Fólkvangr, el «Campo del Ejército».
Cómo era el Paraíso Vikingo

De acuerdo a la Edda Poética, la colección de poemas que se reunieron durante el siglo XIII gracias a las fuentes antiguas tradicionales y en unas estrofas de un poema anónimo del siglo X. Se nos cuenta que Valhalla tenía alrededor de 500 puertas, las cuales eran tan grandes como para darle entrada a 800 guerreros a la vez.
Su entrada principal poseía la cabeza de un jabalí y de un águila, quienes podían observar cualquier lugar en el mundo.
También poseía unas murallas conformadas por lanzas tan perfectas que su brillo era suficiente para iluminar todo el palacio. Sus asientos eran adornados por las más finas armaduras y el techo era confeccionado de escudos de oro.
Otro dato que se menciona, es que por el palacio merodeaban varias criaturas, como el ciervo Eikpyrnir, la cabra Hejörún, además de estar el gran «Árbol Dorado», Glasir.
Los rituales fúnebres de los Vikingos

La arqueología ha revelado que en las tumbas de los Vikingos se encuentran, en su mayoría, en el mismo lugar donde se encontraban las aldeas y en su interior había desde restos de animales, hasta joyas y amuletos.
También se ha descubierto que realizaban ceremonias a los caídos, normalmente en una pira, a diferencia de los esclavos que eran enterrados en simples agujeros en la tierra.
Personas con otras profesiones eran enterrados junto a sus herramientas de trabajo, al igual que las mujeres eran enterradas junto a sus joyas.
Para las personas importantes de la sociedad, su cuerpo era colocado en un barco junto a sus pertenencias más valiosas, en ocasiones, incluso, junto a sus esclavos. Este barco era empujado al mar y se incendiaba.
De esta forma se demuestra que, a pesar de la fama de violentos y sanguinarios, los Vikingos tenían gran valor y respeto por la muerte y las personas en general.
Un lugar único para la mitología Nórdica y los Vikingos

Además de tener el honor de compartir junto a Odín el resto de la eternidad, tenían el honor de disfrutar otros placeres que solo eran posibles dentro del Valhalla.
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