Durante un estudio realizado en la ciudad fenicia de Motya, al frente de la costa siciliana, los arqueólogos descubrieron un lago artificial que, en realidad, era una piscina sagrada que estaba alineada con las estrellas.
Motya es actualmente conocida como la Isla de San Pantaleón, a tan solo unos kilómetros al oeste de la costa de Sicilia.
Hace unos 2.500 años, era una rica colonia comercial, pero además poseía una de las piscinas rituales más grande de todo el Mediterráneo. Ahora, se ha descubierto que también estaba alineada con las estrellas.
Una ‘piscina’ alineada con las estrellas
Muchos años de investigaciones habían llevado a los expertos a creer que el lago artificial se trataba de un puerto militar, similar al que se encuentra en la ciudad fenicia de Cartago.
Sin embargo, un nuevo estudio, el cual se publicó en la revista Antiquity, reveló que realmente se trata de una piscina sagrada de agua dulce. Estuvo rodeada por templos con estatuas a la deidad Ba’al, sobre un pedestal en el centro.
Ba’al es una deidad que estuvo presente en diferentes culturas de Asia Menor, como los babilonios, cartagineses, filisteos y, por supuesto, los fenicios. Era conocido como el dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad.
Los expertos consideran que la piscina ritual se creó en el 550 a. C., cuando Motya se reconstruyó después de un ataque de Cartago. Además, se alineó con las estrellas como pieza central de un enorme santuario religioso.
Los restos de la piscina se descubrieron por primera en 1920, pero los arqueólogos estimaron que era un puerto artificial. No fue hasta estudios recientes hechos en el lugar que se descubrió que no es así.
El profesor Lorenzo Nigro, de la Universidad Sapienza de Roma, declaró que, durante un siglo entero se creyó que el Cothon de Motya era un puerto, pero las nuevas excavaciones cambiaron esa interpretación drásticamente. Así se descubrió que era un estanque sagrado, en el centro de un enorme complejo religioso.
Las excavaciones recientes forman parte de un proyecto que lleva décadas en Motya. Estudios previos habían localizado un Templo de Ba’al en el borde del Cothon, en lugar de los edificios portuarios que se esperaban.
Este descubrimiento inesperado generó que se reinvestigara el lago artificial a partir del 2010.
Enorme complejo religioso
Durante los siguientes 10 años, tanto Nigro como su equipo, drenaron y excavaron la cuenca, la cual supera los diámetros de una piscina olímpica.
Fueron estos mismos datos los que llevó al equipo a confirmar que no se trataba de un puerto, ya que no estaba conectada al mar. En cambio, fue alimentada por manantiales naturales, explicó el profesor.
Los arqueólogos también hicieron otro hallazgo importante; templos adicionales que rodeaban el Cothon, junto a las estelas, altares, ofrendas votivas y un pedestal en el centro del lago que, en algún punto, sostuvo una estatua de Ba’al.
Cada uno de estos descubrimientos revela que el espacio no se trataba de un puerto, sino de una piscina sagrada en el centro de uno de los complejos de culto más grandes del Mediterráneo preclásico.
Más sorprendente aún, el mapeo del lugar reveló que estaba alineado con las estrellas:
«El cercano Templo de Ba’al está en línea con el ascenso de Orión en el solsticio de invierno, mientras que las estelas y otras características estaban alineadas con otros eventos astronómicos. Esto apunta al profundo conocimiento del cielo alcanzado por las civilizaciones antiguas».
La enorme piscina sagrada continuará siendo investigada por los expertos, en busca de nuevos datos sobre la misma. Sin embargo, esto ya nos muestra, una vez más, el enorme grado de conocimientos sobre astronomía y nuestro universo en general que poseían las civilizaciones en el pasado.
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