Realizan mapas de enormes cráteres en el fondo marino formados por explosiones nucleares

Realizan mapas de enormes cráteres en el fondo marino formados por explosiones nucleares

Impresionantes escaneos geológicos del fondo marino en las Islas Marshall, Micronesia, revelan 22 cráteres formados por bombas atómicas detonadas entre 1946 y 1958.

 

E L A R T Í C U L O H A S I D O P L A G I A D O P O R M A E S T R O V I E J O.ES, S A L G A I N M E D I A T A M E N T E D E E S T A W E B. P U E D E L E E R E L A R T Í C U L O O R I G I N A L E N Mystery Science . net
E L A R T Í C U L O H A S I D O P L A G I A D O P O R M A E S T R O V I E J O.ES, S A L G A I N M E D I A T A M E N T E D E E S T A W E B. P U E D E L E E R E L A R T Í C U L O O R I G I N A L E N Mystery Science . net

22 cráteres se encuentran en el Atolón Bikini, una isla formada con arrecifes de coral. Las bombas atómicas fueron detonadas por el ejército de Estados Unidos. Este mapeo acústico usó sonares avanzados sobre el fondo marino y es el primero que detalla la destrucción dejada por esas explosiones nucleares.

Las Islas Marshall se encuentran en el océano Pacífico, en Micronesia, cerca de Nueva Guinea. Es un país independiente pero estuvo bajo la administración de Estados Unidos hasta 1990.

El mapeo digital fue realizado por un grupo de oceanógrafos, geólogos y arqueólogos marinos. Ellos presentaron su estudio en la reunión de la Unión Americana de Geofísica (American Geophysical Union, en inglés) del 9 de diciembre de 2019.

Cráteres formados por explosiones nucleares

Mapa de los cráteres formados por explosiones nucleares
Mapa del presente estudio. Crédito: Universidad de Delaware.

El trabajo reveló enormes cráteres y pozos, junto con más de treinta barcos de guerra hundidos. Estos navíos habían sido usados en batallas de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, y fueron hundidos con estas explosiones nucleares entre 1946 y 1958.

«Bikini fue elegido por su idílica lejanía y su gran laguna de fácil acceso», dijo el científico líder del estudio, Dr. Art Trembanis de la Universidad de Delaware, en un comunicado.

Operación Crossroads del ejército de EE. UU.

Explosión nuclear
Explosión nuclear. Crédito: AlexAntropov86 / Pixabay.

El mapeo acústico del fondo marino se centró en las pruebas nucleares Able y Baker, de la Operación Crossroads de 1946, y Castle Bravo y Castle Romeo de 1954.

La prueba Baker se trató de una bomba atómica de 21 kilotones que fue detonada a 27 metros bajo el agua. Su explosión formó un cráter con un diámetro de 700 metros y una profundidad de 8 metros. Fue la primera bomba nuclear detonada bajo el agua de la historia.

En esa prueba «más de 2 millones de toneladas de agua, arena y coral pulverizado fueron disparados en el aire», dijo el Dr. Art Trembanis.

La prueba Castle Bravo se trata de la explosión nuclear más grande de la historia. Fue una bomba de fusión de hidrógeno, capaz de destruir tres islas completas (!) y llegando a formar un gigantesco cráter de 1.400 metros de diámetro y 30 metros de profundidad.

Uso de un sonar avanzado

Escaneo del fondo marino, con cráteres y buques de guerra
Otro escaneo del fondo marino, con cráteres y buques de guerra. Crédito: Universidad de Delaware.

El escaneo utilizó un sonar avanzado y abarcó un área de 1.5 del tamaño del Parque Central de Nueva York. El sistema computarizado realizó el mapeo a una resolución de 1 metro por pixel.

A esa resolución, el cráter Baker se observó muy profundo y amplio, y hasta todavía mostró las «ondas» que irradiaron de la detonación nuclear.

Las bombas de hidrógeno de la década de 1950 fueron aun más potentes y apabullantes. Los geólogos analizaron un cráter de 56 metros de profundidad. Ellos se dieron cuenta que había sido formado por las bombas de Castle Bravo y Castle Romeo.

Este estudio de geología y oceanografía es muy importante para conocer las consecuencias y estragos de las pruebas con armas nucleares realizadas en regiones remotas de los océanos.

El estudio científico ha sido publicado en la conferencia de la Unión Americana de Geofísica: AGU.

 

Referencias: LiveScience 

 

Una publicación de Mystery Science. Todos los derechos reservados. – Está expresamente prohibida la redistribución y redifusión de este contenido sin previo consentimiento.

 

E L A R T Í C U L O H A S I D O P L A G I A D O P O R M A E S T R O V I E J O.ES, S A L G A I N M E D I A T A M E N T E D E E S T A W E B. P U E D E L E E R E L A R T Í C U L O O R I G I N A L E N Mystery Science . net
E L A R T Í C U L O H A S I D O P L A G I A D O P O R M A E S T R O V I E J O.ES, S A L G A I N M E D I A T A M E N T E D E E S T A W E B. P U E D E L E E R E L A R T Í C U L O O R I G I N A L E N Mystery Science . net

Te recomendamos leer:

Total
1
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Posts relacionados