Encuentran el mapa más antiguo del cielo nocturno oculto en un pergamino del siglo II a. C.

Encuentran el mapa más antiguo del cielo nocturno oculto en un pergamino del siglo II a. C.

Desde tiempos muy antiguos ya se practicaba la astronomía, las primeras personas que empezaron a experimentar en este estudio fueron las culturas mesopotámicas y  egipcias. Su objetivo era predecir fenómenos que les permitiera conocer cuando podían sembrar y cuando era el momento ideal de recoger la cosecha.

La importancia de la astronomía en la antigüedad

Cuando se realizaba el estudio de las estrellas, los expertos también sabían hacer predicciones astrológicas, para conocer lo que podía depararles en el futuro. Pero no solo eso, también solucionar algunos problemas de las civilizaciones antiguas, gracias a la astronomía podían guiarse con precisión en sus viajes y otros desplazamientos.

¿Cómo estudiaban el universo nuestros antepasados?

No es un secreto que el cielo fascinaba a los hombres de las cavernas, como resultado, empezaron a estudiarlo. Pero, ¿cómo lo hacían? Ellos observaban las estrellas, el sol y la luna, gracias a esto, hacían las predicciones del cambio de estaciones.

Se las arreglaron para poder hacer este tipo de estudios, fueron mejorando sus técnicas progresivamente, construían observatorios astronómicos. Posteriormente, otros pueblos empezaron a adoptar las mismas técnicas de los egipcios y mesopotámicos. Tanto así, que 4.000 años antes de Cristo ya tenían calendarios, incluso podían predecir con exactitud los eclipses.

Un gran astrónomo de la antigüedad

Después de muchas investigaciones, por fin encontraron evidencia de que nuestros antepasados contribuyeron en gran manera a que se desarrollara la astronomía en la actualidad. Hace algunos años se descubrió que el célebre astrónomo griego Hiparco de Nicea, intentaba hacer un mapa estelar del cielo nocturno.

Ilustración que representa a Hiparco de Nicea realizando mediciones.

Este catálogo estaba perdido, pero fue hallado en un antiguo pergamino que estaba en muy buen estado. Se encontraba en un monasterio ubicado en la península egipcia del Sinaí, conocido como Monasterio de Santa Catalina. Cuando estaban analizando el documento observaron que había algo extraño en él.

Estudian exhaustivamente el manuscrito

El encargado de realizar las investigaciones al pergamino en el año 2012 fue Jamie Klair, quien, en su momento fue alumno del reconocido biblista Peter Williams. Cuando analizaba las letras del manuscrito observó que había algo curioso en ellas.

Texto original del Monasterio de Santa Catalina sobre trazados débiles descubiertos por imágenes multiespectrales. Créditos: Museo de la Biblia/Biblioteca Electrónica de Manuscritos Antiguos/Proyecto Nazarus/Universidad de Rochester.

Más tarde descubrió que se trataba de un texto en griego que contenían indicios de un escrito debajo (lo que se llama palimpsesto). Este al parecer, lo había escrito el famosísimo «Eratóstenes», quien era un bibliotecario y escritor bastante prominente de la gran Biblioteca de Alejandría. Sin embargo, en ese momento todavía no sabían de qué se trataba con exactitud aquel pergamino.

Continúan los análisis

Hace milenios, la práctica de raspar las pieles viejas para reutilizarlas era completamente normal, por esta razón, fue bastante complicado descubrir el mapa como tal. En el año 2017, tomaron algunas imágenes multiespectrales del manuscrito.

Este tipo de fotografías captura imágenes de elementos que no son fácilmente visualizados por el ojo humano, capturando la luz de un rango estrecho de longitudes de onda en todo el espectro electromagnético. Fue en ese momento cuando se descubrió que habían nueve folios que tenían un texto oculto.

Por suerte, los estudiosos no se dieron por vencidos y siguieron indagando en algunos folios que encontraron en el Monasterio de Santa Catalina. Después de analizar unos documentos, observaron que habían escrito unos textos misteriosos. 

Detalle del texto escondido en el palimpsesto. Crédito: Biblioteca electrónica de manuscritos tempranos/Universidad de Rochester; procesamiento multiespectral por Keith T. Knox; calcos de Emanuel Zingg.

¿De qué se trataba ese escrito misterioso?

Cuando finalmente lograron reconstruir el escrito y los números del manuscrito, los científicos se dieron cuenta de que obviamente se trataba de coordenadas estelares. Pero, ¿sabemos con exactitud quién fue el creador de este mapa del cielo nocturno? Las evidencias señalan a Hiparco de Nicea.

A este famoso astrónomo se le han atribuido algunas obras que se han vuelto célebres con el pasar de los años. A pesar de que ha pasado el tiempo sigue siendo llamado «el padre de la astronomía».

Hiparco tuvo una de las mentes más asombrosas de la humanidad. Era astrónomo, geógrafo y un notable matemático.

A él se deben invenciones trascendentales como la creación de la trigonometría, la división de la Tierra en meridianos y paralelos, el descubrimiento de la «precesión de los equinoccios», cálculo de la distancia entre la Tierra y la Luna, la longitud de un año –que sólo difirió en 6 minutos con el real– y la más célebre de todas: la primera escala de magnitudes que permitiría medir el brillo aparente de las estrellas y, con ello, ubicarlas a todas ellas en el oscuro cielo nocturno.

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¿Cuándo hicieron el mapa?

Los investigadores encargados de este proyecto trabajaron arduamente para conseguir el mapa, pero también para poder deducir en qué momento fue plasmado. Primero, tuvieron que averiguar la ubicación de la Tierra cuando lo escribieron. Afortunadamente, las coordenadas coincidieron con las del año 129 a.C.

También se percataron que el mapa que estaba oculto en el pergamino contiene la anchura y longitud exacta de la constelación Corona Borealis. De esta manera pudieron deducir las coordenadas de las estrellas en los extremos, norte, sur, este y oeste.

Uno de los descubrimientos más extraordinarios

El hallazgo y estudio de este pergamino constata un momento crucial en el nacimiento de la ciencia, evidenciando el momento en que los astrónomos pasaron de simplemente describir los patrones que divisaban en el cielo a medirlos y predecirlos.

Aunque los antiguos astrónomos babilónicos habían medido las posiciones de algunas estrellas, Hiparco fue el primero en definir las ubicaciones de las estrellas usando dos coordenadas y en cartografiar las estrellas en todo el cielo.

Hasta antes del descubrimiento de este texto, el astrónomo Claudio Ptolomeo era quien se consideraba que había elaborado ​​el catálogo de estrellas más antiguo conocido en el siglo II d.C., tres siglos después de Hiparco.

La investigación publicada en  Journal for the History of Astronomy.

Referencias: History / National Geographic / Muy interesante.

 

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