Astrónomo creía en 1830 que existían 22 billones de extraterrestres habitando nuestro sistema solar

Astrónomo creía en 1830 que existían 22 mil millones de extraterrestres habitando nuestro sistema solar

Qué diferente era la visión del espacio que se tenía hace 180 años; el ministro y astrónomo aficionado escocés, Thomas Dick, intentó calcular cuantas formas de vida existían en el Sistema Solar, llegando a números bastante… curiosos.

Dick supuso que cada cuerpo celeste albergaba vida inteligente. no exactamente a la humana, pero parecida en muchos aspectos. Así dio a conocer la extravagante cifra de 22 mil millones de extraterrestres viviendo en nuestro sistema planetario.

22 mil millones de extraterrestres

Thomas Dick calculó esa cifra de una manera un poco peculiar. Para la época, existía un promedio de 280 personas por 1.6 kilómetros cuadrados en Inglaterra. Entonces, supuso que si la superficie de cada cuerpo celeste albergaba vida, sería con la misma densidad.

Así, aseguró que Venus tenía 50.000 millones de habitantes, Marte 15.000 millones de marcianos, Júpiter 7.000 millones. Incluso supuso que los anillos de Saturno serían habitados por 8.000 millones de seres.

Así, concluyó que el Sistema Solar albergaba casi 22 mil millones de formas de vida, sin incluir el Sol. De hecho, creía que nuestra estrella madre podría 31 veces más habitantes ya que suponía que cada cuerpo celeste era capaz de servir de refugio.

Cálculos de Thomas Dick en los que, según él, existían millones de habitantes en otros planetas e incluso en otras lunas

Pero la hipótesis de Dick no es la única que aborda al Sol como posible «mundo habitado». En 1794, Sir William Herschel también sugirió que en el Sol residían seres que se habían adaptado a vivir en las condiciones que éste ofrecía.

Cabe destacar que la visión de Dick, sí, era científica, pero también tenía una base fuertemente influenciada por la religión. El científico siempre indagó en la influencia de Dios en la naturaleza, sin buscar ninguna revelación sobrenatural.

Para él, no tenía sentido que Dios haya creado la inmensidad del Universo para que estuviera carente de vida. Tenían que existir criaturas que pudieran disfrutar de su obra.

Retrato de Thomas Dick. Crédito: Dominio Público/Wikimedia Commons

En su libro, «Celestial Scenery», escribió lo siguiente:

«Esta es una conclusión que no es meramente probable, sino verdadera, porque la opinión contraria le robaría a la Deidad el atributo más distintivo de su naturaleza, negándole virtualmente la perfección de la sabiduría y la inteligencia infinitas».

Planetas similares a la Tierra

Dick también declaró que los otros mundos se organizan de una forma similar a la Tierra, con montañas, valles y más. La Luna, por ejemplo, decía que tenía «una inmensa variedad de elevaciones y depresiones».

Thomas Dick aseguraba que los otros mundos tenían características similares a la Tierra.

Lo mismo pensaba de Júpiter, Saturno o Urano; a pesar de que no podía verlos bien debido a la distancia, decía que cuando la luz los golpeaba, se observaban manchas y diferentes sombras, lo que revelaría una superficie irregular. Obviamente, actualmente sabemos que son gigantes gaseosos.

El teólogo científico también pensó que Dios proporcionó atmósferas a todos los cuerpos celestes, pero que no existían motivos para concluir que eran idénticos al de la Tierra.

Por ejemplo, creía que la atmósfera de Marte era más densa que la terrestre, dándole al planeta el tono rojizo. Otras podían ser más delgadas y permitían a sus habitantes ir mucho más lejos en el espacio que la humanidad, teniendo como ventaja de que sus atmósferas «podía elevar sus espíritus al más alto nivel de éxtasis, de una forma similar a ciertos efectos producidos en la Tierra».

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Dick tenía en cuenta otras variables, como la gravedad de planetas como Saturno o Júpiter, aludiendo que la «densidad de Júpiter tan solo era un poco mayor a la del agua y Saturno tendría aproximadamente la densidad del corcho». Situando su gravedad un poco por encima del doble de la Tierra, algo «no tan grave» en relación al gran esquema de variables.

¿Realmente estamos solos en el Universo?

Después de ciertas declaraciones y el avance tecnológico, es muy posible pensar que estemos solos en el Universo.

En la actualidad, la situación en relación a la vida en otros planetas es totalmente diferente. Por ahora, la ciencia convencional no espera que existan formas de vida inteligente, ni siquiera desarrolladas físicamente, en el Sistema Solar, además de los humanos. Los recursos se destinan a buscar rastros de vida microscópica o fósiles de lo que alguna vez fue vida hace cientos de millones de años.

Básicamente, ahora la mayoría de los científicos cree que el Sistema Solar es totalmente lo opuesto a lo que imaginó Thomas Dick.

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Por ahora no se comprueba si somos los únicos seres que habitan el Sistema Solar… al menos desde que nació la humanidad. Quizás en el pasado hubo otras formas de vida, según las hipótesis de Marte. Pero también sabemos que existen miles de millones de planetas más allá y que tan solo se han descubierto 4.000 exoplanetas hasta la fecha.

El avance tecnológico y de la ciencia espacial nos otorga más herramientas para buscar vida. Los futuros telescopios están enfocados a esta tarea, además de las revelaciones de algunos científicos y figuras importantes sobre posibles visitas extraterrestres. Quizás, Thomas Dick no estaba tan equivocado sobre la existencia de otras formas de vida.

Referencias:

  • Collins, P. (2001) La locura de Banvard: 13 cuentos de personas que no cambiaron el mundo.
  • Dick, T. (1845) Paisaje celestial. Edward Biddle.

 

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