Astrónomos de la Universidad de Warwick (Reino Unido) descubrieron una llamarada intensa de energía y plasma en una estrella bebé. La enorme explosión de la joven estrella NGTS J121939.5-355557 es aproximadamente 10.000 veces más potente que la llamarada solar más fuerte jamás registrada.
La llamarada —que durante varias horas brilló siete veces más de lo normal— se observó en ese astro de tipo M, que está ubicado a 685 años luz de distancia de la Tierra.
«Es una estrella increíblemente joven, de aproximadamente 2 millones de años», afirmó James Jackman, estudiante de doctorado de la Universidad de Warwick, quien observó ese cuerpo celeste y detalló que el astro se encuentra «en el primer 1% de su vida».
A pesar de que es mucho más fría que nuestro Sol, unos 2.000 grados menos, es aproximadamente del mismo tamaño. Esto se debe a que todavía se está formando a partir del gas en el disco y se contrae y se enfría hasta que alcanza la secuencia principal, manteniéndose en cierto radio y luminosidad durante miles de millones de años», añadió Jackman.
Las llamaradas y la vida extraterrestre
Esta enorme llamarada causa particular interés entre los científicos porque podría ayudar a generar bloques de construcción para futuros planetas e incluso hasta dar inicio a la vida.
«Una llamarada masiva como esta podría ser ventajosa para la formación de planetas, o podría ser perjudicial. Esta estrella en particular no habrá formado sus planetas todavía, por lo que este tipo de actividad de llamarada es algo que los astrónomos deberán tener en cuenta al considerar la formación de planetas», indicó Peter Wheatley, de la universidad británica.
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Según Wheatley, las llamaradas emiten una gran cantidad de radiación ultravioleta, lo que «podría causar daño biológico a los organismos de la superficie y dañar su ADN». Pero, «por otro lado, la radiación ultravioleta es necesaria para que varias reacciones químicas den inicio a la vida», apunta.
El estudio científico ha sido publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.