Encuentran una amonita de 99 millones de años fosilizada en ámbar

Un equipo internacional de científicos ha descubierto por primera vez en la historia un organismo marino «extremadamente raro» de 99 millones de años atrapado en ámbar. El hallazgo tuvo lugar en el norte de Birmania.

Se trata de una amonita del tamaño de una uña que se encontró en un trozo de ámbar junto con otros organismos individuales que alguna vez vivieron en la tierra o en el mar durante el período Cretácico medio. El hallazgo está ayudando a los investigadores a reunir los ecosistemas antiguos que se veían durante la época de los dinosaurios.

La amonita es un animal extinto emparentado con los calamares. Los casos en los que se encuentran especies marinas en ámbar son muy raros, ya que esta resina fosilizada es producto de árboles terrestres.

«El hallazgo fue una gran sorpresa», comentó a The Independent el catedrático Bo Wang, del Instituto de la Geología y Paleontología de Nankín (China).

«Nunca nos imaginamos que descubriríamos una amonita en ámbar. Es el primer caso de amonita en ámbar y también el primer macrofósil marítimo hallado en esta sustancia».

Hipótesis del hallazgo

Los científicos creen que el organismo llevaba muerto muchos años cuando fue envuelto por la resina. En su opinión, la hipótesis más plausible de cómo los restos del animal quedaron atrapados en ámbar apunta a que el agua los arrastró hasta una playa que estaba cerca de árboles que producían resina.

Los investigadores creen que lo más probable es que la resina fluyera de un árbol de coníferas que alguna vez se encontró en un paisaje costero de estuarios. A medida que la gravedad arrastraba la resina que se filtraba por el árbol, cualquier insecto o animal terrestre habría sido encerrado en su camino. Eventualmente, la resina habría alcanzado la playa donde habría rodeado a cualquier organismo marino en su camino. Sin embargo, no se encontraron tejidos blandos en la capa de amonita ni en otras cuatro conchas marinas que estaban también dentro del ámbar, lo que indica que los animales probablemente estaban muertos cuando fueron asfixiados con resina.

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Gracias a microtomografías computarizadas de rayos X obtuvieron una imagen 3D de la amonita, que tiene 33 mm de longitud, 9,5 mm de ancho, 29 mm de altura y 6,08 g de peso.

 

Las imágenes en 3D muestran que la concha era una Puzosia juvenil (Bhimaites), una subespecie de amonitas con un caparazón liso y escarpado. En el ámbar junto a la amonita también se encontraron 22 ácaros, lo que parece ser una araña goblin, 12 insectos adultos (ocho moscas, dos escarabajos, una avispa parásita, una cucaracha) y un milpiés.

Amonita y otras criaturas marinas fosilizadas en ámbar. Crédito: Bo Wang/PNAS
Crédito: Bo Wang/PNAS

El hallazgo se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

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