Científicos descubrieron en las nubes de Venus, una sustancia química inesperada que podría ser un indicador de presencia de vida en el planeta.
Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de científicos ha revelado el descubrimiento de fosfina o PH3 en Venus, algo que podría sugerir que este planeta puede no ser tan inhóspito para la vida como se pensaba anteriormente.
La fosfina es un gas muy raro y está producido por bacterias que no requieren oxígeno para crecer. Está asociado casi exclusivamente con la vida aquí en la Tierra, sin embargo ahora se ha detectado en las nubes que rodean a Venus.
¿Es posible la vida en Venus?
Con temperaturas superficiales que superan los 860 grados y presiones atmosféricas aplastantes que son más de 100 veces las encontradas en nuestro propio territorio, las condiciones en Venus son innegablemente infernales.
Pero aunque la probabilidad de encontrar signos de vida en su superficie sigue siendo baja, los científicos han especulado durante mucho tiempo que las formas de vida primitivas podrían sobrevivir a duras penas en lo alto de las nubes.
Esta idea que ha existido durante décadas, incluso Carl Sagan especuló sobre la posibilidad de vida en la atmósfera de Venus en 1967.
Para quienes hoy están descubriendo la idea de que la #vida podría existir en las nubes de #Venus, recordemos que esto ya se propuso hace 53 años, en un artículo publicado en Nature por H. Morowitz y C. Sagan:https://t.co/S78I1d4MCg
Así comenzaba esa sugerente propuesta: pic.twitter.com/hVelC2Qcqu
— Carlos Briones (@brionesci) September 14, 2020
El descubrimiento
Las moléculas de fosfina fueron detectadas en las nubes de Venus por un equipo internacional de astrónomos que incluye investigadores del Reino Unido, Estados Unidos y Japón y fue dirigido por la profesora Jane Greaves de la Universidad de Cardiff.
Los expertos notaron por primera vez signos de fosfina en observaciones del Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), operado por el Observatorio de Asia Oriental en Hawái. El equipo se asoció con el Observatorio Europeo Austral (ESO) para confirmar su descubrimiento utilizando 45 antenas de un telescopio aún más poderoso: el Atacama Large Millimeter / submillimeter Array (ALMA) en Chile.
El gas fue encontrado a unos 53-62 kilómetros sobre la superficie de Venus. Mientras en la superficie del planeta la temperatura y la presión son extremadamente altas, en las nubes altas las temperaturas son bastante benévolas, de hasta 30 grados centígrados.
Origen de la fosfina en Venus
Al analizar si la fosfina en la atmósfera de Venus puede tener fuentes no biológicas como la actividad volcánica o los rayos, los investigadores determinaron que estos otros procesos planetarios solo podrían producir una diezmilésima parte de la cantidad de fosfina que observaron.
Según los investigadores, la fosfina detectada «podría originarse a partir de una fotoquímica o geoquímica desconocidas o, por analogía con la producción biológica de PH3 en la Tierra, a partir de la presencia de vida».
Los investigadores intentaron atribuir el misterioso descubrimiento de PH3 en Venus a diversos procesos atmosféricos, químicos y geológicos, incluidos relámpagos, volcanes, viento solar e incluso meteoros. Sin embargo, ninguna de estas posibles fuentes parece ajustarse a lo observado.
«Si ningún proceso químico conocido puede explicar el PH3 en la atmósfera superior de Venus, entonces debe producirse mediante un proceso que antes no se consideraba plausible para las condiciones de Venus», concluyeron los científicos.
«Esto podría ser una fotoquímica o geoquímica desconocida o, posiblemente, vida», se indica en el estudio.
Para determinar la fuente exacta del PH3 en Venus y demostrar la hipótesis de la presencia de vida en sus nubes los científicos consideran importante llevar a cabo estudios adicionales y, posiblemente, organizar una expedición al planeta para realizar mediciones en el lugar.
Si bien los investigadores confían en que es fosfina lo que han detectado en las nubes de Venus, reconocen que confirmar la presencia de vida requiere mucho más trabajo. Las nubes altas de Venus están compuestas principalmente de ácido sulfúrico y aun no está claro cómo los microbios podrían sobrevivir a este nivel extremo de acidez.
La investigación fue publicada en la revista Nature Astronomy.
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