La ausencia de humanos en Chernobyl ha permitido que la fauna prospere

Libre de humanos, la flora y fauna en Chernobyl está floreciendo, adaptándose a los altos niveles de radiación.

El accidente de la planta nuclear de Chernobyl, Ucrania, ocurrido en 1986, fue uno de los peores en la historia y obligó a evacuar a más de 350,000 personas de una zona de 4,144 kilómetros cuadrados. La radiación emitida fue 440 veces más fuerte que la bomba lanzada en Hiroshima en 1945.

Ahora, las poblaciones de flora y fauna están multiplicándose en el área que une la frontera de Ucrania con Bielorrusia.

«La naturaleza florece cuando los humanos son eliminados de la ecuación, incluso después del peor accidente nuclear del mundo», afirmó hace un tiempo Jim Smith, profesor de ciencias terrestres y ambientales en la Universidad de Portsmouth, Reino Unido.

Repleta de hervíboros y depredadores

Luego de 33 años, en este lugar ha aumentado la fauna y ha crecido la vegetación: Lobos, alces, bisontes europeos, jabalíes, osos, linces boreales, ciervos y más de 200 especies de aves prosperan en el área evacuada tras el desastre de Chernobyl.

Crédito: La voz de la madre Tierra.
Crédito: La voz de la madre Tierra.

Crédito: La voz de la madre Tierra.

La reserva natural «accidental», creada en esta «zona de exclusión» casi completamente despoblada, está repleta de grandes herbívoros y depredadores, incluido el raro lince europeo y el oso pardo europeo, los cuales no se habían visto en la región desde hace casi un siglo.

Crédito: La voz de la madre Tierra.

También han prosperado el caballo de Przewalski y el amenazado bisonte europeo, introducidos en el área. Abundan los lobos, cuyos niveles poblacionales son siete veces mayores que en reservas comparables que no fueron contaminadas por la lluvia nuclear.

Crédito: La voz de la madre Tierra.
Crédito: bgs.ac.uk
Crédito: La voz de la madre Tierra.

«No decimos que los niveles de radiación sean buenos para los animales; sabemos que dañan su ADN. Pero la habitación humana y el desarrollo de la tierra son peores para la vida salvaje», afirmó Smith.

Efectos de la radiación en el ecosistema

La fauna es monitoreada por un grupo de 30 científicos de países como Bélgica, Irlanda, Ucrania, España y Reino Unido.

Recientemente, Timothy Mousseau, profesor en la Universidad de Carolina del Sur, argumentó que es posible que los animales en cuestión se reproduzcan más rápido de lo que la radiación puede matarlos.

Crédito: La voz de la madre Tierra.

Sin embargo, como era de esperarse, en la zona han encontrado signos de daño por radiación, como parches albinos en aves, que son más comunes cerca de Chernobyl, al igual que las anomalías en el esperma de aves y roedores.

Tal vez los animales mueran antes de que algo como una mutación o un cáncer pueda matarlos. «La mayoría de los animales mueren en sus primeros meses de vida, y aquellos que llegan a la edad adulta, la mayoría no viven más de varios años», dice Jim Beasley, ecólogo de la Universidad de Georgia que estudia la vida en la Zona de Exclusión. Algunos animales pueden no estar muriendo de toxicidad por radiación, pero pueden tener cataratas o tumores.

Crédito: La voz de la madre Tierra.

La mayor dosis de radiación cayó sobre un bosque de pinos; estos pinos se ‘secaron’ al instante, pero sus hojas terminaron colocándose rojas, debido a este suceso se le denominó «el bosque rojo».

Estos árboles también han desarrollado su capacidad de adaptación. Las coníferas que murieron fueron reemplazadas por árboles de hoja caduca que podrían tolerar mejor la radiación, pero su hojarasca es menos ácida, aunque de esta manera han cambiando los microorganismos que viven en ella. «Ha cambiado el ecosistema», dijo Beasley.

 

Te recomendamos leer:

Total
1
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Posts relacionados